miércoles, 18 de septiembre de 2013

CARTA EN UNA BOTELLA


juandon


Si instituciones como la Iglesia católica, la educación formal de siempre, las formas de democracia moderna, el dinero como modo de relación entre las personas, los estados modernos como gendarmes de la guardia y custodia del poder reconocido en todas las sociedades, así como las costumbres de cada día elevadas a la categoría de “cultura”, ha hecho que las sociedades sean como son, conformistas y amancebadas, aceptando lo que les sucede como normal y en el peor de los casos, un mal menor.

La pregunta es sencilla, ¿puede cambiarse esta dinámica? , de alguna manera estos “símbolos” que entre todos hemos encumbrado a la categoría de “mitos” ¿pueden bajarse del pedestal en que viven?...o por el contrario cualquier acción divergente debe seguir siendo “señalada” por la masa conformista como fruto de la ignorancia, o como heregía, o como algo propio de un antisitema, o por qué no, como una locura pasajera…

Durante toda la historia de la humanidad ha habido intentos de “cuestionamientos”, es cierto, pero solo eso, unas veces han sido manifestaciones más “visibles”, en cambio la mayoría se han perdido en el anonimato o el ostracismos más o menos inducido.

Podemos acordarnos de las grandes revoluciones como abanderadas de posicionamientos más radicales, de los primeros movimientos sufragistas ingleses, de la defensa de los derechos de los niños…y siempre han ido acompañados por el surgimiento de lo que llamamos “tecnologías”, en las cuáles nos hemos apoyado para dar una mayor potencialidad a nuestras actuaciones. No han sido nunca el detonante, pero si los instrumentos que nos han ayudado en las “cruzadas” de innovación y postulación de nuevas ideas y de nuevos “vientos.

La pólvora, la imprenta, las primeras máquinas de vapor, el armamento de los países, las posibilidades de los medios de comunicación, los transportes, Internet, la tecnología satelital, la inteligencia artificial…

Ahora estamos en uno de estos momentos, quizás el más novedoso y diferente de nuestra historia porque no sabemos hacia donde vamos y el futuro por primera vez, no es mañana, si no hoy y para ello no estamos preparados.

Por eso mismo, ¿por qué no proponer una sociedad más “ligera” dentro de la complejidad existente, donde las personas adoptemos roles más humanizados y socializadores (habilidades blandas), mientras que las tecnologías se ocupen de aquellos pormenores más duros y complejos?.

¿Anarquía, confusionismo…?, no, todo lo contrario, una manera de vivir menos estresante, más responsable y por encima de todo, más natural y sostenible.

Podríamos establecer una metáfora como sería la fusión de las culturas occidentales y orientales, por poner un ejemplo…

Dentro de este posicionamiento, utópico para la mayoría, eso seguro, hablaremos de la educación de siempre, pues bien, esta nueva sociedad ni la contemplaría porque todos los ciudadanos serían responsables de su autoformación en aquellos aspectos necesarios para su nueva vida, mientras que las tecnologías y la inteligencia artificial, por una parte les asistirían en todo momento y por otra, se ocuparían de tareas que las personas ni siquiera se les pasaría por la cabeza realizar.

Este post no pretende ser ni el final de nada ni el principio de algo, si no una  idea que quedará escrita para comprobar si en los próximos tiempos  las sociedades del momento se moverán por estos derroteros o no, yo estoy convencido que así será y no es una “profecía” (ya que si en algo creo es en la ciencia), pero no es necesario ser ningún iluminado, solo basta ser un buen observador de la realidad y conocer un poco de cada cosa para hacerse una visión global del estado de las cosas.

Queda dicho y sellado y claro está, lanzado en “una botella en el mar de las ideas”, veremos que pasa cuando alguien dentro de un tiempo la recoja….

juandon

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